martes, 16 de diciembre de 2008

CULTURA SIN REGLAS

Cuando voy camino a la Universidad hago la fila diaria en mi carro para girar en U; la espera es larga, es hora de tráfico pues no queda de otra que contar los segundos. La columna avanza despacio, por un momento me descuido y ¡zaaaas! se me cruza un carro que decide no respetar a los demás y se adelanta, es ahí cuando pierdo el respeto al silencio y comienzo a pitar como si el mundo se acabara.

En fin, luego de lidiar con el tráfico, los autos y los buses, llego a la Universidad un tanto apurada para no llegar tarde a clases pero al subir las escaleras me encuentro con una nube de humo, compañeros fumando justo a lado del letrero "prohibido fumar". Es irónico como simplemente decidimos que las reglas no se aplican a nosotros, de vez en cuando lo dejo pasar pero la mayoría de veces soy esa estudiante "molestosa" que les recuerda de la existencia del letrero. Al salir de la universidad me encuentro con la otra realidad, esto no solo pasa en mi alma mater.

Pienso que los ecuatorianos lo queremos todo, que los policías o vigilantes no sean corruptos pero que no nos pongan multas por parquearnos mal o por hacer doble fila en el centro. Somos todos muy rápidos a la hora de compararnos con otros países y compadecer nuestra falta de modernidad. Obviamos nuestra historia y la razones por las que tenemos un sistema "puntual y preciso" que crece al mismo tiempo que nuestra propia utopía.

La historia podría no ser una condena para nosotros los jóvenes, podríamos gastar tiempo en hacer una fila, pagar las multas que nos merecemos tener, hacer una línea recta en medio del laberinto. Tenemos algunas cosas que aprender de nuestra "viveza criolla", de la misma manera en la que nos regocijamos de pagar menos que un amigo a un taxi, de conseguir algo gratis, de escapar airosos de un vigilante, de adelantarnos una fila de veinte carros.

En la noche regreso a la U y el irrespeto a la fila es ahora en el parqueadero de la universidad, el cansancio me obliga a solo respirar profundo y no pitar esta vez. Al final la verdad es que todos asistimos a la UEES para formarnos y bueno podríamos ser brillantes en encontrar soluciones que hagan más fácil vivir la realidad.

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